lunes, 23 de diciembre de 2013

Los derechos del conceptus. Drama en tres actos

Este texto es una libre interpretación de nuestra realidad política y cotidiana actual.

En él, hay 2 personajes que aparecen con el mismo nombre que sus homónimos reales. Uno, Alberto, tiene la personalidad cambiada: en este relato, realmente le mueven los intereses por los que dice moverse. Al otro, Mariano, no le he podido cambiar la personalidad porque no soy capaz de identificarla.

El tercer personaje, que tiene un nombre extraño, es totalmente inventado. En esta historia, se trata de un político del partido de Alberto y Mariano. Es culto, creativo y resolutivo, y esto me permite escribir un diálogo de él con Alberto en el que discutan temas trascendentales.


Acto I:

-Alberto: (En una rueda de prensa, entre flashes y preguntas) Me comprometo, como Ministro de Justicia, a revisar la actual ley del aborto. Yo, mi partido y nuestros votantes consideramos que no protege lo suficiente al conceptus y que tampoco protege lo suficiente a las mujeres embarazadas. Existe una violencia estructural contra ellas que, consideramos, la ley actual no previene, y eso, nosotros lo vamos a solucionar.

-Periodista 1: Señor Ministro, ¿a qué se refiere con "violencia estructural"?

-Alberto: Me refiero a que la sociedad no es "favorable" para que tengan y críen a sus hijos, y esto consideramos que no es tolerable.

-Periodista 2: Señor Ministro, esta revisión de la ley, ¿no supondría una pérdida de derechos de las mujeres?

-Alberto: En ningún caso, lo que queremos es simplemente aumentar sus derechos y protegerlas.

(La voz y las luces se van apagando, la rueda de prensa continúa, pero esto ya no se muestra en el escenario).


Acto II:

(Unos meses más tarde.)

-Alberto: (Entra en su despacho, con aire cansado y algo abatido. Se quita el abrigo, deja la cartera sobre su mesa y se sienta en la silla. Permanece en silencio, pensativo)

-Ceremonio: (Llamando a la puerta) ¿Se puede?

-Alberto: Pasa, pasa, Ceremonio.

-Ceremonio: (Entrando) ¿Qué ocurre, Alberto? Te veo muy pensativo.

-Alberto: Es por el proyecto de ley, no dejo de darle vueltas. Creo que vamos en una dirección equivocada, pero no le veo salida.

-Ceremonio: ¿No estás de acuerdo con volver a ilegalizar el aborto, excepto en casos muy concretos?

-Alberto: No. Eso no servirá de nada. Las mujeres no abortan porque sea legal. La actual ley así lo demuestra. Abortan porque no quieren seguir con el embarazo, o porque no quieren responsabilizarse de ello, sea por motivos económicos o personales.

-Ceremonio: Pero eso es inevitable. Los niños necesitan una familia que los cuide. Alguien tiene que ocuparse de ellos, y esa es la madre.

-Alberto: Sí. Pero yo no quiero reducir derechos a las mujeres, sólo facilitar que nazcan los niños que podrían tener. Que aunque no pudieran hacerse cargo de ellos, supieran que iban a estar bien.

-Ceremonio: Sí...

(Quedan los dos en silencio)

-Ceremonio: Aunque... podría haber otra solución. (Caminando por la sala mientras piensa) Por mi formación como antropólogo, sé que hay otros modelos de familia en otras sociedades que podrían aprovecharse en este caso...

-Alberto: Ah, ¿sí?

-Ceremonio: ¡Sí! (Muy contento) Por ejemplo, en muchas tribus, los hijos de todos sus miembros son cuidados por todos los adultos de la tribu. Así, el cuidado y la educación de estos es responsabilidad de todos. Si se propusiera algo semejante, quizás algunas madres podrían sobrellevarlo mejor.

-Alberto: (Pensativo) La idea es buena, pero, ¿tú crees que nuestros votantes lo aceptarán? Piensa que nuestro partido siempre ha defendido la familia tradicional: padre, madre, e hijos.

-Ceremonio: Sí, sí. Pero en este caso sería utilizar este planteamiento para garantizar el bienestar de estos niños que, de otro modo, no nacerían. Seguro que nuestros votantes están a favor. ¡Es para que esos niños puedan vivir!

-Alberto: (Aún reflexionando) Está bien... Entonces, ¿cuál es la idea, exactamente?

-Ceremonio: (Muy excitado y sonriente) La idea es: abortan tanto mujeres ricas como pobres, ¿verdad?

-Alberto: Sí.

-Ceremonio: Y no queremos perjudicar a unas ni a otras, ¿verdad?

-Alberto: No, claro

-Ceremonio: Queremos mantener su libertad.

-Alberto: Sí, sí.

-Ceremonio: Y sabemos que, normalmente, las causas de la interrupción del embarazo son no querer responsabilizarse del hijo una vez nacido, o bien la salud materna, ¿verdad?

-Alberto: Sí, efectivamente.

-Ceremonio: Bien. (Con una sonrisa de oreja a oreja). Pues entonces, la solución sería esta: mantener la ley de plazos actual, PERO complementarla con un Plan Integral Provida.

-Alberto: (Muy extrañado) ¿Un Plan Integral Provida?

-Ceremonio: Efectivamente. (Sigue muy sonriente) La base del plan sería la siguiente: el Estado se compromete a cuidar de todos los niños que nazcan de embarazos no deseados. (Pausa, recupera el aliento) Se construirían "casas de acogida", o como se les quiera llamar, en los barrios, pero junto con un plan para normalizar esta situación. Los niños estarían perfectamente integrados. Y, por supuesto, las madres podrían ir a visitarlos cada día. No es necesario darlos en adopción, si no lo quiere la madre. Al fin y al cabo, es su hijo, y es lógico que no quiera separarse de él. Incluso, si en el futuro lo puede mantener, se lo podría llevar del centro. Se trata de demostrar que el hecho de no poder hacerse cargo económicamente del niño no significa que este vaya a estar desatendido.

-Alberto: Ajá...

-Ceremonio: Y todo ello, manteniendo el derecho de la mujer a decidir: si no quiere tener al niño, podrá escoger no tenerlo.

-Alberto: Ya. Sí, es una gran idea, pero... ¿qué tipo de manutención y de educación podrían tener estos niños?

-Ceremonio: Los mejores posibles. (Sigue sonriendo) Al fin y al cabo, sería una ruindad traer a un niño al mundo para no darle lo mejor que esté a nuestro alcance, ¿no? Si el Estado quiere convencer a las mujeres de que quiere que sus hijos nazcan, tendrá que ser para que estos se desarrollen de la mejor manera posible y sean felices, ¿no?

-Alberto: ¿Y en el caso en que los hijos tengan alguna discapacidad o malformación?

-Ceremonio: También se garantizarían las medidas compensatorias necesarias. (Alzando las palmas de las manos y encogiéndose de hombros, pero cordial) ¡No son ciudadanos de segunda!

-Alberto: No, no, claro que no.

(Pausa. Alberto está pensativo, pero va calando en él la idea de Ceremonio. Ceremonio está muy contento, y se mueve por la escena, con un aire algo nervioso. Se nota que está muy entusiasmado, y piensa en todo lo que les queda por hacer. En un momento se detiene. Ha caído en la cuenta de algo.)

-Ceremonio: Estoy pensando... Antes de meterme en política adquirí grandes conocimientos tanto de antropología como de medicina y otras muchas áreas... y me estoy dando cuenta de que no estamos considerando un tema importante.

-Alberto: ¿Cuál?

-Ceremonio: La salud de la mujer. Incluso en el mundo desarrollado, el embarazo y el parto son momentos peligrosos para esta. Aunque pudiéramos garantizar el bienestar del niño, no podemos garantizar del todo el de la madre.

-Alberto: Es verdad... Eso no es banal. Pueden jugarse mucho en un embarazo.

-Ceremonio: (Entre abatido y preocupado) Sí...

(Breve pausa. Los dos se quedan pensativos. De repente, Alberto da con la solución).

-Alberto: ¡Ya está! No podemos garantizar la seguridad de la madre, pero podemos garantizar que el Estado no reparará en gastos para que su nutrición, las condiciones sanitarias en las que vive y los cuidados médicos que recibe sean los mejores posibles.

-Ceremonio: ¡Es verdad! Y bueno, de hecho,... ¡También podríamos invertir en una línea estratégica de investigación en salud materna y reproductiva! La extensa formación que recibí antes de meterme en política me permite saber que este tipo de estudios no es muy rentable, pero sería para proteger a las mujeres y a los conceptus. Nuestros votantes lo entenderán perfectamente.

-Alberto: (Súbitamente pensativo) Hmmm... ¿Tú crees que lo entenderán?

-Ceremonio: ¿Por qué lo dices?

-Alberto: Hombre, no sé... Estamos diciendo que garantizaremos que todos los niños nacidos de embarazos no deseados van a tener la mejor sanidad y educación posibles. Si alguno de los conceptus nace con una malformación o deficiencia, se garantizará que reciba las ayudas a la dependencia necesarias. A sus madres también se les proporcionarán los mejores cuidados médicos para garantizar que corran el mínimo riesgo. Estamos considerando invertir en investigación para que este plan mejore... Llevamos dos años haciendo todo lo contrario a esto. Y nuestros votantes parecen contentos. ¿Realmente crees que les gustará este nuevo plan?

-Ceremonio: (Sonriendo, confiado) Hombre, te olvidas de algo muy importante. Nuestros votantes son, antes que nada, personas creyentes, éticas e íntegras. Si todo esto sirve para salvar vidas humanas, ¿cómo van a oponerse?

-Alberto: Pero supondrá una gran inversión. Y ya sabes que nuestros votantes, por definición, no están a favor de que el Estado conceda más prestaciones sociales.

-Ceremonio: Sí, eso sí es verdad... (Piensa brevemente, pero pronto encuentra la solución). ¡Ya está! Nuestros votantes controlan la mayor parte del dinero de este país. Seguro que quieren invertir en este Plan Integral Provida.

-Alberto: ¿Tú crees? (Receloso) A veces me da la impresión de que les gusta su dinero más que a un tonto un caramelo.

-Ceremonio: Hombre, a todos nos gusta el dinero... Pero en este caso es para impedir la muerte de los menos protegidos. Si alguna de las grandes fortunas que nos votan, de acuerdo con sus convicciones religiosas y morales, supiera que financiando la sanidad y la educación de un centenar de madres y sus hijos impediría un centenar de abortos, ¿tú crees que se negaría?

-Alberto: Hombre, de acuerdo con sus principios, no debería negarse...

-Ceremonio: (De nuevo muy contento) No, claro que no. ¿Y te das cuenta de lo que eso significaría? El Plan Integral Provida no sería una prestación del Estado, sino de nuestro partido, financiado por nuestros propios votantes. ¡Sería una gran aportación para el futuro de nuestro país! ¡Volveremos a ser el Faro de Occidente!

-Alberto: ¿Tú crees? No lo tengo tan claro... Piensa en el estudiante de nuestras Nuevas Generaciones. El comentario que hizo que le abriéramos un expediente de expulsión iba precisamente en contra de la vida del conceptus y de la madre. Lo único que le importaba era que no se destinase dinero de sus impuestos a cubrir una prestación sanitaria. ( Enlace a la realidad )

-Ceremonio: Sí, pero por eso lo vamos a expulsar. Esa es una opinión muy minoritaria, hombre.

-Alberto: ¿De verdad lo crees?

-Ceremonio: Claro. La mayoría de nuestros votantes no dudarían en pagar más para permitir que aunque fuera un sólo niño pobre pudiera nacer y tener los mejores cuidados y la mejor educación.

-Alberto: Ah, sí, respecto a la sanidad y la educación... En estos dos años privatizamos todos los hospitales privatizables, nos cargamos la escuela pública, la atención a la diversidad y también la Ley de Dependencia. Tendríamos que deshacer todo esto, ¿no? La sociedad no vería con buenos ojos que se garanticen las mejores prestaciones a los niños nacidos de embarazos no deseados, y a los demás no. Hay niños deseados que nacen en familias que no se pueden permitir un colegio privado.

-Ceremonio: Claro, claro.

-Alberto: Esto nos podría traer algún que otro problema. Recuerda que muchos de nuestros votantes están a favor de privatizar hospitales y de que la educación pública pierda calidad.

-Ceremonio: (Sonriendo, confiado) Pero, ¿qué es eso comparado con la posibilidad de salvar vidas humanas? Si queremos que tire adelante el Plan Integral Provida necesitamos, como mínimo, garantizar que el resto de los niños estarán tan bien cuidados como los que adopte el Estado. Esto nuestros votantes lo entenderán.

-Alberto: Sí, claro, la vida humana está por encima de todo. Y no hay ciudadanos de primera o de segunda, sean ricos o pobres. Ya lo decía el Evangelio.

-Ceremonio: Claro, claro.

-Alberto: Bien, pues voy a ir redactando la propuesta. Mantener la ley actual y complementarla con el Plan Integral Provida. (Satisfecho, se queda un poco ensimismado, como envisionando el proyecto). ¡Qué gran idea, Ceremonio, qué gran idea has tenido!

-Ceremonio: Ya sabes. La gran formación de mi etapa prepolítica, junto con mi continuo afán de innovar y emprender, hacen que me guste encontrar soluciones nuevas para los problemas del Estado. Siempre al servicio del pueblo.

-Alberto: ¡Por supuesto, por supuesto! Bueno, ahora si me lo permites, me voy a quedar un rato a solas, madurando el proyecto.

-Ceremonio: ¡Perfecto! Y cuenta conmigo. Si me necesitas para cualquier cosa, ya sabes dónde encontrarme. Buenas tardes.

-Alberto: Gracias, Ceremonio, buenas tardes.

(Ceremonio sale, cerrando la puerta con delicadeza).


Acto III:

(Rueda de prensa de Mariano, en una pantalla y sin preguntas).

-Mariano: (Leyendo su discurso, sin levantar la cabeza del papel) Señores periodistas, les he convidado hoy allí para comunicarles mi decisión de expulsar de la cartera de Justicia al Ministro Alberto, junto con otro miembro de su equipo, el secretario Ceremonio. Mi partido los ha considerado futuros culpables de un delito de malversación de fondos del partido, que querrían haber destinado principalmente a la financiación de un plan para proteger y cuidar a los niños nacidos de embarazos no deseados y a sus madres. También pensaban destinar parte del dinero de los impuestos de todos los ciudadanos al refuerzo del sistema sanitario, educativo, y a la investigación en salud materna y reproductiva.

(Pausa. Sigue sin levantar la cabeza, pero para un poco para tomar aliento).

-Mariano: No es que esto esté mal, pero no está en consonancia con la ideología del partido, por lo que hemos decidido expulsarlos y apartarlos de la política. Pero todo ello se ha llevado a cabo con total cordialidad. Tengo total confianza en ambos y, personalmente, les deseo suerte con su proyecto emprendedor. Nada más que añadir, buenas noches.

(Se apaga la pantalla. Se cierra el telón.)

sábado, 14 de diciembre de 2013

Mi experiencia en la educación postobligatoria

Nos dan por todas partes. Nos bombardean. En principio, somos la generación más preparada de España. Pero lo que más se oye (o lo que más se siente, al menos en mi caso) son críticas a nuestra inteligencia o capacidades. PISA dice que no somos competentes y no sabemos nada. La OCDE dice que no somos competentes y no sabemos nada. Los antiguos licenciados y diplomados defienden que no somos competentes y no sabemos nada. En un momento en que la salida más clara de los jóvenes es la movilidad exterior, el sentimiento de inferioridad que estas críticas provocan hace que cruzar la frontera parezca mucho más amenazante, ¿cómo competir con aquellos genios que pueblan las tierras extranjeras?

Quien me conoce sabe que me asusto con facilidad. Estas críticas me afectan y me hacen plantearme cosas. Además, soy española, y por lo tanto, existe en mí desde siempre un arraigado sentimiento de inferioridad hacia los demás países de Europa, que lo hacen todo mejor que nosotros, sea lo que sea. En los últimos años, parece que ya no se trata sólo de los países de Europa, sino del mundo entero.

Por desgracia, también tengo por norma negarme a considerarme imbécil. Y eso me ayuda a tratar de mirar por detrás de esta avalancha de críticas que nos cae regularmente. Considero que mi experiencia educativa después de la secundaria no ha sido mala, y que quizás merezca algo de reflexión, así que voy a proceder a exponerla, y a derivar de ella lo que considero conclusiones válidas.

1) Hasta los 15 años yo estudié en un colegio concertado. Nos quedaba más cerca de casa. De esta etapa aprendí que, en general, los profesores tienden a pensar que "todo tiempo pasado fue mejor". Yo pensaba que podía ser un atributo exclusivo de la escuela privada, pero en la pública me lo he encontrado también, sobre todo a nivel universitario. En Cantabria eran particularmente nostálgicos en este aspecto. Cuando, por lo bueno de tus resultados o la ética de tus acciones, un profesor te felicitaba, podía utilizar la expresión: "Parece que hubieras nacido hace 40 años". Nótese que el cumplido, despojado del contexto que acabo de indicar, no se suele entender.

2) Entre los 15 años y los 17 estudié el Bachillerato Internacional (BI, en adelante) en un instituto público. Es importante saber lo que esto significa: el BI es un programa de secundaria, organizado por una Organización No Gubernamental, que aúna un currículo exigente y de calidad con una visión de los problemas del mundo, poniendo en contexto los conocimientos que se van adquiriendo, y potenciando la redacción, las exposiciones, realización de trabajos, etc... En mi instituto, nosotros éramos los únicos que hacíamos "treball de final de Batxillerat", dado que en España, fuera de Cataluña, esto no se hace. También potenciaba la participación de los alumnos en su comunidad, fuera con voluntariado, actividades de ocio,...

Quiero hacer notar que el BI se considera más costoso que el bachillerato normal en los países en los que se encuentra. También que en el resto de países, el programa dura 3 años -en España, al parecer por ley, todos los programas de bachillerato duran 2-. Y por último, que en España, también por ley, todos los alumnos deben estudiar los contenidos y las asignaturas del bachillerato, que no coinciden exactamente con los del BI. En resumen:
- Los estudiantes españoles que cursan el BI, cursan un programa que es más exigente que el de muchos bachilleratos extranjeros
- Los estudiantes españoles que cursan el BI hacen en 2 años lo que estudiantes extranjeros hacen en 3
- Los estudiantes españoles que cursan el BI tienen mayor carga de trabajo y más asignaturas en 2 años que la que tienen los estudiantes extranjeros en 3

Los estudiantes extranjeros que cursan el BI son apreciados en las universidades. Los consideran muy preparados.

3) Entre los 17 y los 21 años cursé el Grado en Ciencias Biomédicas de la UAB. En principio, la formación del BI te prepara muy bien para la universidad. Durante este bachillerato hicimos más trabajos de investigación, muchas prácticas de laboratorio, y mucho trabajo autónomo. En principio, esto nos tenía que ayudar en nuestra formación en una carrera de ciencias.

Al empezar la universidad, lo que yo noté era que NO me resultaba más fácil que a mis compañeros hacer los trabajos y aprobar los exámenes. Supuse que podría ser porque en Cataluña, por el miedo al idioma, apenas llegan estudiantes de fuera, y quizás se debía a que en la región (como en todas) los programas del bachillerato estuvieran más orientados a entrenar a los alumnos para las universidades de su comunidad. Yo sólo sé que siempre nos decían "Ahora el bachillerato os cuesta mucho, pero al entrar en la universidad, podréis vivir de rentas e ir más tranquilos". Esa no fue mi experiencia.

Durante estos años, pensé que podría ser simplemente que la formación del BI no significaba realmente tan poca carga de trabajo en la universidad. O quizás que yo no me había sabido adaptar a la universidad catalana o española. Esto lo pensé hasta que comencé el máster.

4) Este año estoy cursando el Máster en Neurociencias de la UAB. Considero que es bueno, y la universidad es de las mejores de España. Estoy contenta. Pero, ahora que los profesores nos están formando para trabajar con ellos (se trata de un máster para dedicarse a la investigación, y nuestros profesores son, como muchos profesores universitarios, también investigadores), nos comentan cosas que me han hecho cambiar el punto de vista.

Durante el bachillerato, a mí me hicieron razonar de manera crítica, y analizar textos, principalmente de literatura, pero en general de todas las disciplinas. Fuera de geografía o biología, era importante comprender y valorar el contenido. Durante los 4 años de universidad, apenas hemos hecho nada de esto. *Una profesora lo intentó en 4º, pero de una manera mucho menos estructurada. Se trataba de comentar lo que nos había llamado la atención de un artículo que nos colgaba, y la mayor parte del comentario la acababa haciendo ella. Buen intento, pero no consiguió arrancar del todo.

Durante el bachillerato, yo entregaba una media de 5 prácticas al mes. Todo lo que hacíamos en el laboratorio (que solían ser eso, 5 esperimentos/mes) estaba escrito en forma de experimento: hipótesis, materiales y métodos, resultados, conclusiones, y la parte más difícil: posibles mejoras del protocolo. En los 4 años de universidad, no me han pedido absolutamente ninguna práctica.

Durante el bachillerato, teníamos trabajos monográficos que entregar. El principal era el equivalente al "Trabajo de final de bachillerato" que he mencionado antes, pero hubo muchos más, de ciencias, de matemáticas, de literatura y de filosofía. Todos redactados y entre 1.500-3.000 palabras. En los 4 años de universidad, sólo se me ha pedido algo semejante en el Trabajo de Final de Grado. Este tenía un máximo de 3.000 palabras (para facilitar su corrección rápida, supongo). Mi trabajo de final de Bachillerato era más largo que el Trabajo de Final de Grado. No digo que más palabras equivalga a más calidad, pero al menos en mi caso, más espacio equivale a poder desarrollar más las ideas. Aquí lo dejo.

Durante el bachillerato, nos insistían en que los exámenes del BI no se podían aprobar sin razonamiento. Debíamos tener los conocimientos bien asentados, porque no nos iban a preguntar una lista de nombres o algo parecido, sino que nos iban a plantear una pregunta o problema, y tendríamos que resolverlo. En el caso de las humanidades, donde cuesta más plantear problemas, nos pedían comparar corrientes literarias, autores, o analizar textos.

Durante el bachillerato, hice 2 exposiciones orales. Nos dijeron que era importante saberse expresar en público. Que esto había estado tradicionalmente muy olvidado en España, y eso nos ponía en desventaja, porque los extranjeros sí que lo practicaban y por lo tanto se vendían mejor. En los 4 años de grado he hecho una media de 2 exposiciones/mes (en realidad no he calculado la media, pero quiero constatar que han sido muchas). Casi todos los trabajos consistían en hacer una búsqueda bibliográfica y exponer. Lo bueno de esto es que ya no me importa exponer en público, cosa que considero valiosa. Lo malo es que los conocimientos se fijan mucho peor de esta manera que si te sientas a hacer un trabajo en profundidad sobre un tema.

Esta es mi crítica al "Bolonia de juguete" que nos han implantado en España. Los profesores del máster se quejan de cómo redactamos, de que no criticamos los artículos,... pero nada de esto se nos ha pedido durante el grado. Sería genial que en la universidad yo hubiera seguido haciendo todo esto. Pero no es posible. No hay profesores suficientes, y no se van a contratar ¿verdad? Todo esto era posible en mi clase de bachillerato porque éramos 17 (una clase de lujo, el BI requiere que sea así, -malgrat Wert pensi que lo millor és tot el contrari-).

En la universidad no se exige lo mismo que se nos va a exigir en el mundo laboral, o en el mundo a secas. Pero eso no significa que estemos 4 años tocándonos las narices. Se exigen otras cosas, principalmente: empollar, memorizar, preparar trabajos con poco tiempo, exponer (esto es bueno), y estar siempre atentos a que un posible cambio de última hora trastoque nuestro horario. No sé en otros casos, pero mi grado fue la definición exacta del término "carrera de obstáculos". Parecía que alguien se entretuviese en irnos poniendo cosas para ir completando, todas ellas en el menor tiempo posible. ¿Se supone que eso nos facilitaría el estudio y el aprendizaje? No sé otros, pero yo suelo necesitar tiempo para sentarme, analizar las ideas y desarrollarlas. Esto es lo que más se echa en falta en Bolonia. Y los licenciados lo tuvisteis.

No es sólo que no hayamos desarrollado las habilidades y competencias que se nos requieren porque no se nos hayan exigido. No las hemos desarrollado porque en su lugar se nos han exigido otras, distintas, que no está claro que sean más necesarias. No es que hayamos estado 4 años perdiendo el tiempo. Es que estábamos corriendo constantemente para alcanzar metas y cumplir objetivos que, quizás, no resultaban tan formativos -los "obstáculos" que mencioné antes-. De lo contrario, ¿cómo es posible que alguien apruebe con buenas notas e invirtiendo mucho tiempo en el trabajo y estudio, y luego note que tiene carencias?

5) Después del máster, me queda buscar trabajo. Como todos los jóvenes, veo el futuro negro. No es verdad que si te esfuerzas y estudias tendrás buenas oportunidades. Tampoco es verdad que estas dependan de tu capacidad.

No me considero incapaz. Creo que aún me queda mucho por aprender y quiero aprenderlo. Pero mi situación no es muy diferente de la de los licenciados o diplomados que acabaron antes. En su época no estábamos tan mal. Por eso quizás se colocaron primero. Esto no significa que yo sea idiota. Y si resulta que es verdad que sé menos que ellos, eso no significa que vaya a ser siempre así. Entiendo que estamos en una mala situación y todo eso, pero me molesta mucho que "los últimos licenciados" se dediquen a criticar a los "primeros graduados" en la lucha por la supervivencia. Los "antiguos licenciados" les dan la razón (aquí entra de nuevo mi observación de la actitud "cualquiera tiempo pasado fue mejor" de muchos profesores), pero nosotros aún no nos hemos incorporado al mercado laboral, no hemos podido demostrar lo que sabemos hacer, y al empezar, todo el mundo la lía un poco más que cuando ya sabe lo que hace.

También me molesta mucho que nos critiquen, porque en el fondo le están dando la razón a las políticas/economías que dicen que cada vez hay que trabajar por menos. Una chica que estaba preparando oposiciones para juez me dijo que, por ley, el sueldo de un graduado es menor que el de un licenciado. Porque ha estudiado 4 años y no 5. Sin más. ¿Esto qué provoca? En unos años, los graduados son suficientes para cubrir muchos puestos de trabajo, y mejor aún: son baratos. Los licenciados están de acuerdo: deben cobrar menos porque son peores. Esto a las empresas les parece bien: "Licenciados, o cobráis lo mismo que los graduados, o a casita, que sois caros y la diferencia en el rendimiento, después de unos años de trabajo, desaparece". Conclusión: todo el mundo cobra menos. Por cortesía de los que en un principio quisieron mantener un estatus superior.

Quizás mi educación no haya sido la mejor posible. Pero es buena. Y yo pienso, tengo sentido crítico y sé resolver mis problemas. No todo el mundo acierta a la primera y puede que me lleve muchos años conseguir una cierta estabilidad y llevar una buena vida, pero no lo veo imposible. Y como yo hay muchos, casi todos los jóvenes de mi edad diría.

domingo, 8 de diciembre de 2013

Data gathering



Barcia C et al. ROCK/Cdc42-mediated microglial motility and gliapse formation lead to phagocytosis of degenerating dopaminergic neurons in vivo. Scientific Reports. 2:809 - In this article, authors inhibited Rho kinase (ROCK) using a drug called HA-1077. As a Rho-kinase inhibitor, it may inhibit microglia activation. HA-1077 was disolved in saline and injected intraperitoneally at a single dose (40 mg/kg).

Shao-Wei Hou et al. Fasudil ameliorates disease progression in EAE, acting possibly through antiinflammatory effect. CNS Neuroscience and therapeutics. 2012. 18; 909-917 - Fasudil is a selective ROCK inhibitor. In this study, it was injected intraperitoneally everyday, since day 3 postimmunization (EAE was induced to mice), at 40mg/kg/day. Fasudil reduced the infiltration of CD4+ T-cells and CD64+ macrophages, and also the activation of microglia and astrocytes. It also shifts the state of macrophages and microglia from M1 (active) to M2 (inactive).

Shinobu Yamaguchi. Involvement of Rho-kinase in tumor necrosis factor-a-induced interleukin-6release from C6 glioma cells. Neurochemistry International. 2009. 55:438-445 - These authors used Fasudil also.

Kazuhide Hayakawa. Therapeutic time window of cannabidioltreatment of delayed ischemic damage via high-mobility grup box-1 inhibiting mechanisms. Biol. Pharm. Bull. 2009. 32:1538-1544 - In this experiment, mice received a drug, minocycline, at 1mg/ml. It was administered intraperitoneally, i.p. 0,1 ml/10 gramos, desde 5 días después de la lesión isquémica.

El muro de las espaldas


"No hay mayor desprecio que no hacer aprecio."
Refrán popular


La frase es consoladora cuando eres pequeño y no puedes responder a alguna afrenta verbal. Puede servirte más adelante si algún compañero a quien no has causado mal alguno insiste en tocarte la moral. Pero desgraciadamente, no vale para todo.

En concreto, no nos vale para sobrevivir en la actualidad. No podemos vivir dejando de lado la realidad. Por desgracia, esta siempre vuelve a metérsenos por los ojos, por los oídos, y hasta por la piel, la carne y los huesos, si la (por ellos autopromovida) ley de Seguridad Ciudadana se lo permite en un futuro próximo.

Me niego a considerarme responsable de la situación actual, porque yo no les voté ni lo haré nunca. Pero soy responsable indirecta, porque conciudadanos míos, vecinos, amigos, etc... sí lo hicieron. Tuvieron que hacerlo. De lo contrario, no se explica la mayoría absoluta que les ha dado el poder absoluto de corromperlo todo absolutamente. Y si lo hicieron, tuvo que ser porque no fui capaz de hacerles ver las nefastas consecuencias de hacerlo, o no se les habría ocurrido hacer cosa semejante.

Pienso que la fatalidad de resignarnos a esto hasta dentro de 3 años les otorga un cierto halo de misticismo esotérico. Como el cometa Halley, que sólo se puede ver cada 74-79 años, nosotros la democracia sólo la percibimos ligeramente cada 4. Y si te despistas, igual ni eso. El hecho de tener que aguardar otros 3 años de sufrirlos diariamente para poder tener una mínima esperanza de cambio les aproxima a los seres que se relacionan con la oscuridad: dementores, orcos, trasgos, demonios, titanes, gigantes de los hielos,... hay una infinitud de seres mitológicos que (se supone) campaban a sus anchas por un mundo inhabitable, hasta que algo los venciera, propiciando el momento en que floreciera la Humanidad y las civilizaciones.

En estas historias, los seres humanos no se suelen encontrar con estos personajes, y mucho menos, votarles en unas elecciones (salvo quizás los raritos que sentían una especie de síndrome de Estocolmo hacia el Alien que los había capturado -salen en una escena de Alien 2 en la que la reina está dando a luz a un alien blanco y muy feo-). No obstante, suelen existir procedimientos para defenderse de este tipo de criaturas: santiguarse, escupir en el suelo, trazar un círculo alrededor de uno mismo, llevar algún tipo de talismán,... Todo ello, funcione o no, tenía la virtud de, cómo mínimo, hacer que su ejecutor/portador se sintiera en cierto modo protegido frente al ataque de las sombras. Y ello a pesar de que el método no solía estar contrastado, por razones obvias: estos seres no existen.

Mientras esperamos otros 3 años, estaría bien poder sentirse de algún modo protegido frente a tanto atropello. Y si ese procedimiento sirviese para mostrar a los conciudadanos lo que consideramos una injusticia, una vergüenza o una estupidez, mejor todavía. Al basilisco había que evitar mirarlo a los ojos. Yo propongo volver la espalda a los seres de las tinieblas, allá donde se materialicen (aunque sea por radio o televisión). Me parece una manera pacífica de demostrar el desacuerdo, sin necesidad ni siquiera de hablar, pero mediante un gesto muy elocuente.

Si cada vez que fuesen a hablar se encontraran con el muro de espaldas, quizás se lo pensarían, o puede que se les desbaratasen las ideas y el discurso (si es que es posible que esto les ocurra más de lo habitual). Esto no sucederá, porque ellos sólo se rodean de los suyos a la hora de aparecer en público, pero mi propuesta deriva más de la superstición que de la protesta social, y lo haría más que nada por mí. A los ciudadanos que apoyan a los seres de las sombras, les serviría para: 1) saber con qué apoyos cuentan estos realmente, y 2) saber cómo sentirse protegidos si deciden desertar del ejército de Saruman. Sabido esto, quizás puedan decidir con mayor claridad de miras.

Es posible que no hacer aprecio, en este caso, pueda suponer una forma de desprecio. Pero no nos engañemos: a ellos les va a dar igual. De todos modos, es posible que, por superstición más que por otra cosa, empiece a poner en práctica esta idea. Algo tengo que hacer yo para protegerme. Y ya estoy harta de verlos.

sábado, 7 de diciembre de 2013

Operación encubierta


Ayer se celebró en Brasil el sorteo de los grupos para el mundial de fútbol del año que viene. Desde el principio me llamó la atención el aspecto de los dos presentadores. Al pensar en Brasil, uno sabe cuál es el aspecto de la mayoría de sus ciudadanos. Por eso sorprende encontrarse con estos dos presentadores:


Ambos blancos, y él, con aspecto de nórdico. Parece ser que en Brasil también ha sorprendido la elección de esta pareja para presentar el sorteo. A última hora, ellos sustituyeron a los que iban a ser los presentadores en un principio: dos actores de telenovelas, ambos afrobrasileños, y él, negro. 1,2

Me indigna que cosas así sucedan con todo el descaro, mientras los señores que allí aparecen hablan de la "fiesta del deporte", "todos unidos como hermanos", y demás cosas que se supone que simboliza el fútbol. Todo ello el día siguienta a la muerte de Nelson Mandela. Parece que aún nos queda un largo camino por recorrer.

En toda latinoamérica existe y se encuentra generalmente arraigado el concepto de "pigmentocracia", según el cual, un ciudadano es superior cuanto más clara tenga la piel, estando "arriba" los blancos, "abajo" los negros o indios, y entremedias, los mestizos -entre los cuales también se considera el grado de pigmentación para establecer escalas-. En Estados Unidos, esto también existe descaradamente (creo que no soy la única que se da cuenta de que su famoso presidente negro no es negro, sino mulato/afroamericano/mestizo, y que se considere un gran paso que él esté ahí, significa que seguramente nunca veremos a un auténtico negro como presidente). En China muchos jóvenes se operan los párpados para que sus ojos parezcan menos rasgados así tener un aspecto más occidental. En India, existen lociones que aclaran la piel, y son anunciadas como "cremas embellecedoras". Además, muchos actores de Bollywood tienen la piel más bien clara.

La globalización, en cuanto a publicidad o comunicación, debería suponer un intercambio, no una imposición de los iconos occidentales en todo el mundo. Tomar el color de la piel o la raza como signo de estatus es algo serio: es un ataque a la integridad de las personas. A los "no-blancos" se les están negando oportunidades (de trabajo, de relaciones sociales,...), se les está invisibilizando y se les está "exigiendo" que alteren su aspecto físico para adaptarse a un ideal de belleza que les es ajeno. Todo ello disimuladamente y sin el uso de la violencia, como en la ceremonia del sorteo del Mundial.

Quería llamar la atención sobre esto, dado que desde nuestro punto de vista -Europeos que viven rodeados de blancos-, puede no chocarnos. Siempre es complicado hablar de racismo, por la sencilla razón de que es muy fácil parecer racista si se habla de razas. Yo esto lo considero un error. Si yo no me siento humillada porque me llamen blanca, y no considero humillante la condición de negro, no veo por qué no puedo decir que un negro es negro. Senghor, dentro de la corriente literaria de la Negritud, rechazaba el eufemismo "de color" (con razón: no hay nada de malo en ser negro, y por ello no hacen falta eufemismos) en un poema divertido que sirve de cierre a esta reflexión:

Cher frère blanc,
Quand je suis né, j'étais noir,
Quand j'ai grandi, j'étais noir,
Quand je suis au soleil, je suis noir,
Quand je suis malade, je suis noir,
Quand je mourrai, je serai noir.

Tandis que toi, homme blanc,
Quand tu es né, tu étais rose,
Quand tu as grandi, tu étais blanc,
Quand tu vas au soleil, tu es rouge,
Quand tu as froid, tu es bleu,
Quand tu as peur, tu es vert,
Quand tu es malade, tu es jaune,
Quand tu mourras, tu seras gris.

Alors, de nous deux,
Qui est l'homme de couleur ?

Querido hermano blanco,
cuando yo nací, era negro,
cuando crecí, era negro,
cuando estoy al sol, soy negro,
cuando estoy enfermo, soy negro,
cuando muera, seré negro.

En cambio tú, hombre blanco,
cuando naciste eras rosado,
cuando creciste, eras blanco,
cuando vas al sol, eres rojo,
cuando tienes frío, eres azul,
cuando tienes miedo, eres verde,
cuando estás enfermo, eres amarillo,
cuando mueras, serás gris.

Así que, entre nosotros dos,
quién es el hombre de color?


Referencias:
1 http://www.publico.es/deportes/487027/brasil-niega-discriminacion-en-el-cambio-de-presentadores-del-sorteo-del-mundial 
2 http://peru.com/entretenimiento/tv/lazaro-ramos-y-camila-pitanga-iban-conducir-sorteo-mundial-que-no-lo-hicieron-noticia-213993