viernes, 14 de mayo de 2010

No es lo mismo hablar y comunicarse

Seguramente no es un buen momento para la creación literaria, pero se dice que a algunas personas la inspiración les asalta por la noche, y de todas formas lo bueno de utilizar para mi empresa un ordenador portátil, de teclas bastante silenciosas y sin el ruido de los entresijos de una máquina de escribir, es que no molesto a mis vecinos, en cuanto a los lectores del blog, en principio lo leerán cuando tengan tiempo, de modo que no les debería afectar lo intempestivo de esta hora, que a la velocidad a la que yo escribo será más intempestiva aún cuando lo haya terminado.

La razón de mi súbita necesidad de escribir ha sido el descubrimiento de algo. En realidad es algo que ya había descubierto, pero la sensación, al repetirse, ha sido más fuerte de lo que he podido soportar y me ha llevado a componer esta confesión. Hojeando los blogs de mis conocidos me he dado cuenta de una diferencia fundamental entre mis textos y los suyos, no me abandona la extraña impresión de que, además de decir exactamente lo que quieren decir, terminan las frases que empiezan como se deben terminar, y de alguna manera dejan algo que se podría llamar "buen sabor de boca". La sensación de que todo está en su sitio y es como debe ser.

Siento avisar a todos los lectores de que este blog no tiene el mismo efecto. Me temo que la mayor facilidad que pone para su comprensión es que esté escrito sin faltas ortográficas, jamás llega a ninguna conclusión definitiva y las frases acaban según se me ocurre. Creo que es bastante turbulento y que resulta difícil sacar algo en claro. Si alguno opina lo contrario, puede que le haya engañado. Mis más sinceras disculpas. En estos tiempos que corren la claridad es lo mínimo que se puede ofrecer desde un espacio como este.

Después de esta disculpa, no podía faltar el aviso de que, a pesar de la mala conciencia que me provoque, seguiré escribiendo en este blog. No he llegado a pensar seriamente en dejarlo, a pesar de los quebraderos de cabeza que pueda acarrear a otros; hasta tal punto llega mi vileza. Lo cierto es que me sienta bien. Este fenómeno de los blogs tiene su gracia, antes normalmente si escribías y querías que alguien leyera tu creación tenías que ir y enseñárselo, uno por uno, con los problemas de difusión que ello suponía. Este maravilloso invento te soluciona la distribución de ejemplares, y además sin el arboricidio que supone hacer copias en papel. Quizás ahora la gente escribe más gracias a ello; es difícil de saber porque seguramente las fuentes escritas antes de la generación google están desperdigadas y guardadas a buen recaudo por sus autores en todo el mundo.

Parte de lo que uno escribe permanece en secreto. Se puede escribir sin publicar, sin embargo a la larga aparece la necesidad de compartir algo de lo que se escribe. Es un fenómeno peculiar, pero sucede de esta manera. Con la lengua oral es más sencillo, es la verbalización del pensamiento inmediato, si te callas en un momento, el instante no se repite y tu frase no toma cuerpo, pero la palabra escrita es permanente. Sólo por escribir ya dejamos constancia de nosotros, ¿por qué se hace necesario el reconocimiento ("acción y efecto de reconocer o reconocerse"-RAE) de otros?

Puede que sea la necesidad de comunicarse, sin duda la expresión oral es mucho más rica en cuanto a la paralingüística, pero la escrita permite organizar mejor el pensamiento antes de expresarlo, y cuidar la forma para no lastimar al lector. Escribir requiere una reflexión que se hace difícil hablando.

A veces es difícil hablar, y más todavía escribir y leer. Y hacerlo bien parece toda una hazaña. Me pregunto si en algún momento llegaremos a entendernos entre nosotros, pero mientras no lo conseguimos, no está mal seguir intentándolo. Está bien escribir para intentar comprender o sólo por escribir. Hay escritores (como hay personas) más o menos amenos, más o menos agradables, pero en principio para escribir todos tenemos capacidad, y después de pasar el duro proceso del aprendizaje de esta habilidad-que no por quedarnos ya un poco lejano tiene menos mérito-, ¿qué mejor manera de amortizar el esfuerzo que desarrollando esta tarea?

Supongo que este es mi alegato a favor de este blog y de mi escritura. Sé que no es un tema tan serio como me pareció al principio, pero si no lo escribo no me quedo tranquila. En fin, vamos haciendo.

*El título no tiene mucha relación con el tema, pero a falta de otro mejor lo voy a dejar, con vuestro permiso. Como mínimo es algo que considero cierto. Además encierra otra disculpa por el hecho de que a pesar de lo que escribo en el blog, algunas entradas separadas en el tiempo pero bastante voluminosas, no siempre estoy segura de estar comunicando demasiado. Espero que estos textos no estén demasiado vacíos, pero a este respecto no siempre las tengo todas conmigo...

martes, 11 de mayo de 2010