martes, 27 de octubre de 2009

Nueva alquimia

Saludos, ciberlectores

En plena semana de prácticas y a punto de comenzar los primeros exámenes importantes de la carrera, me apetece escribir sobre algo que me ha dado qué pensar hoy. En las prácticas de bioquímica estamos haciendo cosas que normalmente no se ven hasta segundo o tercero, y eso se nota en nuestras planificaciones. Teniendo el protocolo leído, todo o casi todo lo que terminamos haciendo es provisional, para comprobar si funciona o si cubre el expediente. Estamos todos igual, así que consuela un poco, y los monitores de las prácticas tampoco tienen siempre todas consigo en cuanto al éxito de la práctica.

En las prácticas es más obvio porque todos nos movemos en un espacio reducido haciendo las mismas cosas, pero en casa estamos igual, probando distintas maneras de organizarnos y tirar para adelante, sin instrucciones y sólo pudiendo utilizar el método de ensayo-error.

Recordamos a los alquimistas que aparecen en algunos grabados de la edad media, o en cuadros posteriores, cuyas expresiones eran a veces más de incertidumbre o de sorpresa que de confianza en lo que estaban haciendo. El alquimista en busca de la piedra filosofal (1771), de Joseph Wright

Pero al fin y al cabo la ciencia consiste en eso, en intentar dar una explicación al mundo que nos rodea, formulando teorías al respecto, comprobando que se cumplan y estando siempre dispuestos a aceptar las mejoras. Y siempre se avanza a tientas, aunque todos los métodos se envuelvan de cálculos y fundamentos comprobados y explicados (a veces, no siempre, por ejemplo, el SDS es un agente reductor que desnaturaliza proteínas pero no se conoce el mecanismo por el cual lo puede hacer). Cuando no se tienen certezas absolutas siempre da miedo levantar la voz, por el peligro de quedar como un idiota, sin embargo, una "idea feliz" en un momento determinado puede proporcionar la solución a un problema al que se le llevaba dando vueltas meses, o puede hacer que quien consiga comprobarla pase a ser considerado un genio, habiendo dedicado igual o menor tiempo que quien defendió una teoría equivocada. No es justo, pero tampoco la vida suele serlo, y ella es precisamente el objeto de estudio en biología. Parece que este será nuestro destino.

Todos avanzan a tientas, aunque lo quieran negar.

1 comentario:

  1. how i enjoy been a historian...

    basically i just need my brain lol

    ResponderEliminar